¿No se trataba de un cuento corto? Claro, siempre es lo mismo, me propongo un cierto fin o meta y después termino haciendo música improvisada.
Se me ocurren varios finales, por ejemplo que Porrado finalmente se separa de su tediosa mujer, tomando valor para afrontar su propia vida, tal vez conservando la zapatilla como un símbolo de una vida mejor. Un día tocan a su puerta, va a abrir y ahí está ella.
"Vengo por mi zapatilla"
Porrado queda paralogizado, mudo, emocionado, la presencia de Cenicienta, por fin, le parece un sueño tan contrastante con todo lo que le ha tocado que todo está teñido como de una cierta irrealidad. Torpemente la hace pasar y tartamudea como hacía tiempo no recordaba que le pasara. Cenicienta -que siempre leía las revistas del corazón- sabe que Porrado se ha separado, ella aprovecha su oportunidad y llena de valor ha encaminado sus pasos y su corazón a la casa del Príncipe. Etc.
Otro desarrollo sería que en realidad Porrado no sería el mentado príncipe.
Un tercer desarrollo sería una continuación del primer desarrollo pero multiplicado por varios, muchos años de convivencia. Porrado finalmente se hastía de la costumbre de Cenicienta de leer revistas del corazón y se da cuenta que no, que en realidad no era lo que él quería.
Otro desarrollo más es que Porrado no se separe y que Cenicienta se convierta en su amante, imaginando el encuentro inicial como algo muy erótico, con una Cenicienta muy atrevida que invita a Porrado a su casa y cuando él está ahí ella le pide que le de un momento, que necesita darse una ducha y después lo invita a él a que se bañen juntos, etc.
Pero no sé si realmente quiero seguir con esto: que Porrado y Cenicienta hagan lo que quieran. Yo quiero seguir escribiendo de mis cosas.
5 comentarios:
y sí Pato, al fin y al cabo poder escribir una historia nos deja crear otras vidas y terminarlas como y cuando se nos antoja. O dejarlas inconclusas y tal vez retomarlas si así lo deseamos. En la vida real a veces parece que alguien nos escribe y nos lleva por donde se le antoja. Y a veces también nos deja inconclusos.
La verdad, me gustaría seguir leyendo sobre tus cosas y aprovechar como una urraca tu nidito literario para poner también las mías como respuesta. Un abrazote fuerte amigo trasandino
Pd: hay que reclutar más público, no?
Si, Lady, me gustaría reclutar más público. Alguien me dijo mailiciosamente que tú eras la única que posteaba, yo creo que eso no significa que no sea más leído por más personas. Se trata de divulgarlo no más. Fíjate que una vez me posteó una persona de Argentina, no sé como llegó acá, pero lo hizo. Hay muchas formas de llegar.
En lo que importa te puedo comentar que al menos en la escritura de una historia somos un poco más amos de los avatares de nuestros personajes, como dioses frente a ellos. En cambio, en nuestra vida terrena tenemos a nuestros propios dioses que a pesar nuestro juegan a los dados con nuestros destinos...
Otro abrazo fuerte, nos vemos Cris.
es cierto, que yo sea de los pocos que postean no habla de la cantidad de personas que te leen. Pero...el ida y vuelta de la comunicación es estimulante porque sientes que tu voz no se ahoga en el vacío de la virtualidad. Saber que hay alguien allí que te escuchó, registró y decidió devolver algo a cambio de lo que tú das de tí en tus palabras creo que le dá otro color a éste espacio. Al menos eso pienso yo que tomo prestado un poquito de él. Y me gustaría que los otros "leyentes" hicireran lo mísmo.
Vamos huevones, a escribir!!!
Bueno Lady, de todas maneras me encanta que al menos tú des muestras de lo que sientes al leer lo que se escribe acá. Por mientras sigo y sigo, agradeciendo todo comentario benévolo.
y los demás?
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