sábado, 12 de abril de 2008

Felicidad

Qué nos hace felices en la vida? Sin duda muchas cosas, en mi caso una de las cosas que me da felicidad en la vida es conversar con mi hermano. Conversamos de muchas cosas, de la vida, de cosas pedestres, de mujeres, siempre de mujeres, de ellas y de la vida, en definitiva. Con mi hermano he aprendido a hacer chap sui y con mi hermano he aprendido de arte, de judo, de lanzarse a hacer proyectos. Cuando éramos niños él me admiraba, me preguntaba cosas y jugábamos juntos; con el paso del tiempo he aprendido yo también a admirarlo y a crecer con él. Me siento muy orgulloso de tenerlo como hermano. Ambos hemos crecido en la vida y hemos ido aprendiendo juntos acerca de la hermandad y la amistad. Cuando viví en España nos mantuvimos en contacto también por cintas grabadas donde hablábamos de nuestras vidas, de las cosas cotidianas, y me mantenía informado también de las cosas de la famila y de Chile. Esperaba sus casets y las historias que me contaba, además siempre me hacía partícipe de sus amigos o de sus pololas, haciéndoles comunicarse conmigo o simplemente grabando sus conversaciones, así fui conociendo parte de su historia y de todo aquéllo que estaba fuera de mi, lejos, haciéndome vivir realidades añoradas.

Hace unos días pensaba que había vivido un día feliz, por qué? Me di cuenta de que había tenido un buen día, había estado con cada uno de mis dos hermanos, con mi padre, con mi primo, mis sobrinos, había hablado por teléfono con Maira, y había tenido una intensa clase con mis alumnos de teatro, dándome cuenta que el curso debía tomar ese giro y no el que tenía escrito en el programa. Pensé que había sido un día feliz porque me sentí en compañía de las personas que quiero y porque hice un trabajo que me hizo sentir bien y que también fue beneficioso para mis alumnos. Fue un día feliz porque al pensar cómo había sido ese día, de pronto me di cuenta que sin mayores fuegos artificiales, en realidad en eso consistía tener un día feliz.

miércoles, 9 de abril de 2008

Brad Pitt

Hoy día se fue el Brad Pitt, hace muy poco, me llamó el veterinario y me dijo que mi gatito había fallecido. Estaba enfermo, tenía sus ojitos rojos y lo había dejado internado para que lo cuidaran. Ahora están mis dos gatitos juntos nuevamente, jugando, recorriendo nuevos espacios, durmiendo abrazados, así como fueron siempre, hermanitos. Es curioso, los dos partieron juntos al cielo de los gatitos casi el mismo día, como si no pudieran estar el uno sin el otro. Juntos en la vida y en la muerte mis dos cuchitos queridos.

martes, 8 de abril de 2008

Un gatito en el cielo

Hoy por la mañana mi hermano me dijo que me tenía una mala noticia: a mi gato Bielsa lo habían atropellado. Cuando íbamos camino a verlo, Esteban me dijo que mejor no fuera, que él lo recogería, le dije que no, que era mi gato.

Y ahí estaba mi pobre y querido cucho, en el pavimento, frío y rígido, en un charquito de sangre, su ojito fuera y su colita parada. Probablemente lo habían atropellado por la noche y todo fue instantáneo. Mi Bielsa, mi gato que pensé iba a ser el matón del barrio, por sus patas gruesas y su habilidad para jugar a la pelotita de goma, mi cuchito cariñoso, que era como una pompa de pelitos suaves y generosos, mi gatito que me empezó a hacer compañía junto con su hermano, un día después que Maira partió a Brasil. Se fue de forma accidental, inesperada, como se van tantos gatos que nos hacen compañía. A veces parece mentira eso de que los gatos tienen siete vidas, porque aquí, ahora, cerca de donde escribo, en una esquina del patio de la casa está enterrado mi pobre gatito, y ya no ronronea, ya no ronronea.

sábado, 5 de abril de 2008

Hermanos

El fin de semana pasado hubo un asado aquí donde vivo ahora, provisoriamente, en la casa de mi hermano, llegaron amigos y también mi hermana. En algún momento me molestó algo que me dijo mi hermano, nada importante en realidad, pero fue el pretexto para que un ratito después me fuera a acostar a dormir, pensando que me quería ir pronto a mi nueva -y aún desconocida- casa. Tampoco me interesaba quedarme a compartir, a veces me pasa, hay una parte mía un poco huraña en relación con las fiestas y las reuniones ajenas a mi entorno más personal. Al rato de acostarme entró mi hermano a la pieza y se echa encima mío, abrazándome y diciéndome que me quería mucho, lo sentí conmovido, tal vez lloroso, le dije que estaba emocionado diciéndome eso, y el me dijo que si lo estaba. Le dije que lo quería también. Y se fue. Un rato después entra mi hermana y se apoya en mi y me hace cariño, besándome con ternura, la sentía más dulce en su forma de hacer cariño que en otras oportunidades, y se lo dije. También me dijo que me quería, también le dije que la quería. Al irse se tiró un peo y se fue riendo. 
Esos son mis hermanos.