martes, 15 de enero de 2008

2008

Hace no mucho tiempo atrás sacaba cuentas para saber cuánto faltaba para llegar al año 2000 y me emocionaba pensar que iba a llegar al 2000 y que sería testigo del nuevo milenio, entonces sumaba años para saber qué edad tendría al llegar al año dos mil. Ahora es diferente, ya estoy de vuelta, el año dos mil ya pasó y para saber qué edad tenía para el dos mil ahora tengo que restar. En realidad nada ha cambiado tanto en el mundo y mucho si ha cambiado en mi vida. Ni siquiera recuerdo con quién pasé el año nuevo del 2000, tal vez en la playa, tal vez con mi hermano, lo más seguro con mi familia, no recuerdo. Pero parece broma, ya estamos en la mitad del primer mes de este año 2008 y el tiempo sigue pasando tan rápido como si fuera agua entre las manos. Tengo 43 años, cumplidos hace un mes y vivo con una permanente sensación de incertidumbre y de que hace tiempo se me fue la micro. Me acompañan dos gatos a quienes trato como a los hijos que no he tenido y tengo como perspectiva, nuevamente, pasar unas vacaciones trabajando y cambiandome de casa. En unos dias mas habría sido el cumpleaños de mi mamá y ella ya no existe, tampoco existe la familia que tuve ni nada que fue parte de mi pasado, solo quedan bonitos recuerdos y una añoranza que solo puede apuntar a un futuro posible. Tal vez es hora de sentar cabeza. Tal vez es hora de partir nuevamente. Tal vez es hora de dar un giro. No sé. Este 2008 lo inicio con un deseo personal: que llegue la prosperidad a mi vida. Pero la partida del año solo trae malos augurios, pasé el Año Nuevo en una fiesta fallida, en compañía de unos amigos, vuelvo a Santiago y mi computador se muere y llevo quince días sin poder hacer nada en mi casa y con síndrome de abstinencia informática. En el lugar del vacío dejado por el desperfecto me dedico a leer, a no hacer nada, a ver películas pendientes, a limpiar mi casa y arreglar mi bicicleta. Enero me llega con muy poco trabajo que hacer y con mi cuenta bancaria llegando a los números rojos. Enero me llega con mi hermano separándose de su mujer, de mala manera y con líos de abogados. Enero me llega con la única compañía de mis dos gatos adolescentes en casa y con un creciente olor a mierda en mi patio, tal vez no fue una buena idea traerlos a vivir ahí, pero cómo hacer frente a la ausencia de mi Maira?
En fin, de todas maneras sigo esperando que este 2008 sea un buen año para mi, mi año de la prosperidad.

6 comentarios:

tihino dijo...

Pequeñas escaramuzas de tinta oscura que repasa las paredes del recién pintado tiempo de espera. Armarios sin ropa, cajones al aire, espejos sin voz, dedos buscado el oasis y.....un papel de carta que absorve la tinta como el vampiro disfruta de la sangre amada, amando a su victima exangüe. Un abrazo

Margarita dijo...

querido te deseo que la prosperidad tenga carácter y se siente contigo a unos mates, que se quede contigo, que prenda las velas cuando se apague la luz y que te aguache cuando aigan malos momentos,

abrazos miles y gracias por la pilsen en casa!

DaNTESoUL dijo...

Primo:
No decaiga, párese, ríase y vuelva a partir; ya que es la única manera de seguir adelante, además que nos hemos caído taaantas veces, que una caída más es sólo una nueva victoria.
Fuerza y ánimo que su primo siempre estará a su lado.

Patricio dijo...

Vampiro, luz que me aguache, caida que es una victoria... qué cosas dicen ustedes, gracias totales...

Anónimo dijo...

bueno, acompañando las primeras señales de tus lectores me acerco de nuevo, luego de perder mi identidad tras una contraseña pertinazmente olvidada.
Seré una anónima Lady Cris que como siempre usurpará tu rincón para ponerle algún ingrediente foráneo. Y si el año no empezó muy bien, aprovechemos lo que hemos cosechado en tiempos luminosos. Que aunque el grano se haya acabado el esplendor de sus colores persiste en nuestras almas.
Un abrazote fuerte, Lady Cris.

Patricio dijo...

Anónima Lady Cris, para mi no lo eres, creo que siempre puedo saber que eres tu. A conservar lo mejor de la luz de nuestras vidas, ¿no?