viernes, 28 de marzo de 2008

Across the universe

En fin, tal vez mejor dejar el odio de lado, si no qué sentido tiene darle tanto espacio a la mala onda? Está claro que la tentación destructiva está siempre presente en nuestros actos y pensamientos y que las ganas de echarla para afuera a veces son enormes, pero es posible construir una vida dándole tanto espacio a la mala onda? Qué hacer con eso que nos molesta, que repudiamos, que nos trae malos recuerdos?
Quiero hacer la paz con la tonta y con el tonto, con la peleadora y con el maleducado, con la señora que me toca la bocina y con el miedoso que están tanto fuera como dentro de mi. Quiero hacer la paz con mis recuerdos y con mis olvidos, con lo que he hecho y con lo que no haré, con lo que soy y con lo que ya no fui. Hacer la paz, como en la Iglesia, como los indios, como los jerarcas después de una guerra, la paz, la paz augusta y la paz de los mínimos actos, la paz que no inquieta, porque es buena, bienvenida, tranquilizadora.
Hay tantas cosas, tantos títulos, tantas imágenes que pienso antes de escribir, pero a la larga siempre termino improvisando algo que pienso mientras me pongo a escribir. Ahora quiero escribir de la paz, de esa palabra tan corta pero a la vez tan extensa y sutilmente intensa, la paz, que no es tranquilidad, ni tampoco ausencia de conflicto, sino solo eso tan simple que llamamos paz.
Paz interior, reflejada en el rostro, expresada en un mínimo gesto, en un discurso pronunciado sin errar ni titubeando, paz en el dormir y paz al despertar, paz al decir no y paz al afirmar nuestro querer, paz, simplemente, así como la cosa más simple pero a la vez la más importante. La más importante.
Paz para decir como para callar, paz para estar y para no estar, paz para afirmar nuestra vida y nuestro destino, para aceptar lo que hay y lo que no hay, lo lleno y lo vacío, lo que está aumentando y lo que empieza a menguar. Paz, simplemente paz.
Paz para tantas cosas, las que hay, las que ya no están y también para lo que vendrá. Paz para ti, que me lees, y también para quienes nunca, nunca leerán estas palabras.
Paz, como la ocupación primera, el contexto inicial donde escribir cualquier parte de nuestra historia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sí, palabra cortita, de sonido claro y abierto. ¡Cuánta gente se llena la boca y haca gorgorismos con ella...!Pero hay una sóla paz verdadera que es la que comienza en uno y se desprende y va hacia otros...algunos la reciben, como un bien anhelado y otros no la pueden digerir...éstos últimos esgrimen la palabra "paz" como una espada. Siempre recuerdo el rostro de un "pacifista" que vendía sus libros pacíficos para niños en una Feria del Libro. No había permiso para nada "agresivo" en sus cuentos... todo el odio y la violencia estaban en su rostro y en su discurso "pacifista".
En tí se lee una deseo genuino...salvo que hayas escrito ésto en medio de una fumata, Patito. Bromita, bromita. Abrazotes enormes. Lady Cris

Patricio dijo...

Nada de humos en esto, mi querida Cris, solo un deseo que he ido captando en todo su valor en estos últimos tiempos.
Estoy fuera de Soulseek por estos días en que alojo en casa de mi hermano...
Nos vemos.
Patricio.

Anónimo dijo...

Bueno, si logras ese sosiego en medio de semejante mogollón es que algo se está acomodando en tu alma. Deseo de corazón que todo lo que fuiste anunciando en tus últimos blogs se cristalice y consolide. Y no permitas que el Brad Pitt se aguante otro de esos sustos perrunos,porque se va a quedar catatónico. Abrazote fuerte.
Lady Cris

Patricio dijo...

Cierto cierto, en meldio del mogollón es preciso encontrar el lugar de sosiego, si no, no se puede, no se puede definitivamente. Ese lugar de sosiego hay que encontrarlo, cuidarlo y defenderlo, no crees?